Nuestra angustia, que es leve y pasajera, nos prepara una edén eterna, que supera toda medida. Porque no tenemos puesta la inspección en las cosas visibles, sino en las invisibles: lo que se ve es transitorio, lo que no se ve es inmarcesible. «No penséis que yo he venido https://tarotistagratis62716.blogars.com/31097833/poco-conocidos-hechos-sobre-citas-bíblicas-de-esperanza